Cuando Baylor se lesionó la rodilla en el primer partido de las Semifinales de Conferencia Oeste de 1965 entre Lakers y Baltimore Bullets, West se quedaba cuanto menos solo en el equipo. El último precedente databa de 1981, donde Boston Celtics eliminó a Philadelphia 76ers en las Finales de Conferencia. A pesar de que Boston salvó la cara en el cuarto partido ganando 117-121, solo serviría para alargar la agonía. Navarro. «Fueron cobayas. Se les daban compuestos que no tenían aprobación pediátrica». Navarro no vale para nada. Fue entonces cuando revivió el espíritu de campeón que caracterizó a estos Rockets, único equipo capaz de aprovecharse de la ausencia intermedia de Jordan. Dos semanas más tarde, los 76ers conseguirían el anillo de campeón tras ganar en seis partidos las Finales a San Francisco Warriors, que habían sustituido a Alex Hannum por Bill Sharman en el puesto de entrenador. Larry Costello servía de reserva de Jones en el puesto de base, con el veterano alero Dave Gambee y los rookies Bill Melchionni y Matt Guokas esperando su turno en el banco.
“La temporada entera fue mágica”, comentaba el base Jones. Posteriormente la franquicia decidió dar descanso a los fichajes estrellas del verano Luol Deng y Timofey Mozgov hasta la temporada que viene con el fin de desarrollar a los jóvenes talentos. West anotó más de 40 puntos en todos los encuentros, récord ya que ningún otro jugador de la NBA había conseguido nunca 40 o más puntos en más de cuatro partidos de playoffs. Tuvieron que dar la vuelta a un 1-2 adverso que abría su participación en Playoffs ante Utah Jazz. De vuelta a casa en el quinto partido, continuó con su monstruoso juego, liderando a los Lakers a la victoria por 120-112, consiguiendo esta vez 43 tantos. Unos férreos Celtics aguantaron hasta el final del partido, anotando Don Nelson una suspensión que colocaba el marcador 108-106 para los de Massachusetts. En cuanto a los 76ers, promediaron 125.2 puntos por partido, el tercer mejor promedio en la historia de la NBA.
Los 46.3 puntos por noche se convirtieron en el promedio anotador más alto en una serie de playoffs en la historia de la NBA. El ala-pívot germano, con 29.320 puntos, es el sexto mejor anotador en la historia de la NBA. Los Warriors poseían el mejor balance del Oeste, 44-37, además de contar con el mejor anotador de la liga, Rick Barry. La conquista militar se finalizó el 4 de diciembre de 1248 con las tropas del rey castellano, comandadas por su hijo el infante Alfonso, futuro Alfonso X el Sabio. Cunningham, futuro Hall of Fame, era el sexto hombre, ejemplo de la calidad de este equipo.
Su camino hacía el título estuvo plagado de obstáculos que se tornaban insalvables pero que a base de coraje, insistencia y calidad consiguieron eludir, no sin sufrimiento. En Semifinales esperaban los Suns de Barkley, que venían quedándose a las puertas años atrás y llegaban hambrientos de triunfo, sabedores de que era una de las pocas oportunidades que restaban a este equipo. Era el undécimo anillo de Boston en 13 años. Su finalidad era la de conocer cómo se fabrican los productos más cotidianos. “El mejor equipo que jamás he visto eran los 76ers de la temporada 1966-67”. Con estas palabras reflejaba Wilt Chamberlain la importancia de este mítico conjunto. “Fue una temporada preciosa, preciosa”, exclamó Greer.